De vez en cuando consigo encontrar un lote de plumas interesante en el mercadillo que los jueves ponen aquí en mi ciudad. Como os podréis imaginar, las piezas que allí se venden no son gran cosa, pero a veces puedes encontrarte con alguna sorpresa, como este último jueves que en el lote adquirido venía de tapadillo una estupenda Parker 51 y una muy bonita Sheaffer Snorkel. En lo que no hay nunca sorpresas es en el estado en que se encuentran las estilográficas: sucias, muy sucias. Por eso lo primero que hago es dedicarme a lavarlas con paciencia y cuidado, siempre con agua fría y sin jabones ni nada por el estilo. Como regla general suelo desmontarlas y dejar las partes delicadas (plumín, alimentador, sistema de carga) en remojo durante algunas horas con la idea de que se ablande la tinta reseca. De cuando en cuando las cargo y descargo para ir eliminando los restos del interior. Por otro lado, las partes exteriores (capuchón y cuerpo, cuando es independiente) las limpio "al chorr...
Un lugar de encuentro para los amantes de la escritura