En el post anterior hablaba sobre la pluma que me gusta llevarme cuando salgo de viaje. El problema es que en esas situaciones puede pensarse que no hay tiempo para escribir. El constante ajetreo, las idas y venidas, las visitas, la diversión, el cambio de espacios, parece que se convirtieran en una barrera insalvable entre la realidad y la escritura.
Sin embargo, a mi me gusta llevarme una estilográfica y una libretilla para ir componiendo sin prisas ni obligaciones un pequeño diario de lo que voy viendo y de lo que pienso sobre lo que voy contemplando. A menudo me sucede que capto mejor los monumentos, lugares o situaciones que vivo cuando horas o días después me siento ante la moleskine e intento describir y reflejar las sensaciones. Por ese motivo la escritura se convierte en una herramienta indispensable del viajero, supongo.
La escritura se convierte en pausa necesaria que permite valorar el propio viaje, en cauce de la reflexión y, por tanto, en vehículo que permite un mayor aprovechamiento de la experiencia vacacional. Igual que dejamos constancia de un momento con una fotografía, podemos dejar constancia mediante la escritura con palabras, mucho más versátiles al permitirnos describir algo con sus antecedentes, consecuentes y nuestras impresiones sobre dicho instante. La escritura lo puede. Alguien dijo la ya manida frase "una imagen vale más que mil palabras", pero también es cierto que mil palabras o cien o unas decenas pueden ser mucho más satisfactorias en determinadas situaciones que una imagen aislada que acaba perdiendo su conexión con la experiencia vivida en los vericuetos de la memoria.
Technorati Tags: escritura, viaje, estilografica, moleskine
Sin embargo, a mi me gusta llevarme una estilográfica y una libretilla para ir componiendo sin prisas ni obligaciones un pequeño diario de lo que voy viendo y de lo que pienso sobre lo que voy contemplando. A menudo me sucede que capto mejor los monumentos, lugares o situaciones que vivo cuando horas o días después me siento ante la moleskine e intento describir y reflejar las sensaciones. Por ese motivo la escritura se convierte en una herramienta indispensable del viajero, supongo.
La escritura se convierte en pausa necesaria que permite valorar el propio viaje, en cauce de la reflexión y, por tanto, en vehículo que permite un mayor aprovechamiento de la experiencia vacacional. Igual que dejamos constancia de un momento con una fotografía, podemos dejar constancia mediante la escritura con palabras, mucho más versátiles al permitirnos describir algo con sus antecedentes, consecuentes y nuestras impresiones sobre dicho instante. La escritura lo puede. Alguien dijo la ya manida frase "una imagen vale más que mil palabras", pero también es cierto que mil palabras o cien o unas decenas pueden ser mucho más satisfactorias en determinadas situaciones que una imagen aislada que acaba perdiendo su conexión con la experiencia vivida en los vericuetos de la memoria.
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Comentarios
nunca antes han sido más necesarias las palabras para explicar una imagen. Hoy sabemos que una imagen miente, o cuenta media verdad, con una alta probabilidad(en el pasado las imágenes daban fe de la realidad).
En este sentido recuerdo las palabras de Garcia Alix "los pies de foto las hacen andar".
Saludos, Fabicicleta
Yo, desde luego, me quedo con la literatura. Y para hacerla, para escribirla, una estilográfica. Sans doute.
Un saludo,
'Sieur de Sainte-Colombe
en primer lugar, felicidades por el blog! Me gustan las plumas, y tengo un par de ellas (OMAS y LAMY). A pesar de que la Omas Ogiva es la pluma mas bonita que existe en la Tierra (jeje), me da cosa utilizarla, de manera que se queda en el despacho de casa, la miro, le quito el polvo, hago algún garabato, la limpio, y la vuelvo a guardar...
Al final, la Lamy Safari es la que siempre uso y me sigue a todas partes. Tengo una bolsa, en la que cabe un poco de todo. Siempre incluyo una libreta tamaño cuartilla, hoja blanca, y a la que tengo 5min para tomarme un cafe o lo que sea, me pongo a escribir sobre cualquier cosa. También dibujo con ella proyectos, ideas, una farola (aunque no se me da muy bien).
Dos conclusiones:
- es un gustazo escribir con pluma;
- las plumas deben tener un valor que nos permita romperlas y (aunque nos pueda saber mal) podamos comprarnos otra parecida sin muchos remordimientos.
me despido como partí, muy bello blog tienes.
Desde Chile, abrazos y felicitaciones (enhorabuena dicen ustedes)